Era Octubre de 1999, paseando por el Lago Lemans en Ginebra después
de la jornada del Telecom. 99, donde vimos la exhibición de Pirelli
y su conceptualización realizada con la luz y la historia de los
grandes físicos que la habían estudiado. Entonces, comprendimos
que nuestra marca debía reflejar una luz muy rápida y potente.
Nosotros íbamos a entregar luz a nuestros clientes a través
de un medio, la fibra óptica que iba a llegar a cada cliente final.
La palabra que mejor expresaba esa luz rápida y potente era “flash”, utilizada mundialmente en varios ámbitos. Sonaba igual
en los 4 idiomas en los que debíamos desenvolvernos, catalán,
castellano, inglés y francés. Debíamos diferenciarla,
incorporarle otros atributos que fuera más representativa de lo
que hacíamos y como lo hacíamos, entonces pensamos en añadirle
un número de forma que tuviéramos una marca alfanumérica,
pues la información que enviamos en formato luz a los clientes
es alfanumérica. Vimos que el número que mejor nos representaba
era el “10”, pues
simboliza el máximo de la calidad, atributo muy importante para
nosotros, y también representa el código binario: 1 y 0,
en lo que están traducidas las informaciones alfanuméricas
que llegan o salen de nuestros clientes. Ya teníamos
“flash10”.
Ahora nos faltaba que la marca por si sola identificara una empresa operadora
de telecomunicaciones, una empresa de redes, a un público muy general.
Y añadimos el “.com”, para que nuestro futuro cliente
nos asociara, identificara con algo de la red, algo de internet, que es
lo que iba a recibir en su casa o empresa. Y nació “flash10.com”. |